Me tatué tu ira en la espalda
y con el reclamo de tu sangre cubrí
cada esquina de mi piel
Creando un laberinto sin salida ni
minotauro.
Soledad y vacío,
llenando de silencio todos mis gritos,
ahogando todos nuestros llantos,
cubiertos por la espesa y negra
sustancia con la que cubriste todos mis deseos.
Y gritar no sirve.
Y suplicar no importa.
Pues la verdad ya no duele
y la mentira ya hace tiempo que no
corta.
Somos la sombra de la noche,
invisibles al dolor
e invencibles ante el derroche.
Qué quedó de aquellas almas,
tan libres, valientes e impías,
que desaparecieron con el alba?
We're far from the shallow now...
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