lunes, 12 de agosto de 2013

You and I: Ojo por ojo

Sam y Tyler se sentían de lo más patéticos. Se habían visto sorprendidos por unos niñatos que ya los superaban en número la noche anterior y que ahora habían acudido con más refuerzos. Malditos pijos idiotas. Habían hecho falta 6 de esos cabrones para dejar inconsciente a Tyler y un par de ellos no había corrido mucha mejor suerte que su víctima. Sus compañeros tuvieron que llevárselos a rastras. Los otros 4 del grupo se habían abalanzado sobre Sam, rompiéndole una pierna y llevándose de regalo unos cuantos cardenales para el recuerdo junto con más de una nariz rota. Cuando se largaron, magullados y asustados como las ratas que por segunda vez demostraban que eran, Sam intentó colocar su pierna, pero resultó un intento fallido que lo único que consiguió fue arrancarle un grito de dolor del que no se sentía especialmente orgulloso.

En el momento en el que Sam se arrastraba intentando no pensar demasiado en su orgullo, para llegar hasta Tyler, apareció ella. Si la noche anterior le había parecido guapa a pesar de las magulladuras, ahora no se lo parecía menos. Faith se quedó mirando el panorama, boquiabierta, con su perro en brazos mientras el labio inferior le temblaba con más confusión que miedo. Sam la miró y le dedicó una sonrisa algo rota por el dolor que sentía en la pierna.

- Saca una foto, te durará más- dijo Sam manteniendo la sonrisa, mientras intentaba parecer menos patético arrastrándose hacía su amigo.

- ¿Siempre eres tan agradable con todo aquel que puede ayudarte?- susurró Faith al oído de Sam mientras lo cogía por las axilas y tiraba de él con una fuerza que sorprendió al chico.

Sam podía ver al cachorro medio dormido en una esquina, donde estaba a la vista de su dueña y donde nadie que llegara repararía en un primer momento. Faith tiró del él con fuerza pero con dulzura, con una perseverancia que sólo una mujer puede tener, cuidando de no hacerle daño. Lo apoyó contra una pared y una sonrisa tímida apareció en el rostro de la chica en el momento en el que miró a Sam antes de dirigirse a por Tyler. Sam observó con la boca abierta como la chica arrastraba al enorme chico hasta su lado. Era la primera vez que alguien que no fuera de su “pandilla” del momento lo ayudaba. Ahora ya no sólo le parecía guapa, ahora tenía una semejanza enorme con un ángel.

- No os mováis de aquí- dijo Faith con tono autoritario mientras se alejaba. Lo cierto es que aunque se movieran tampoco llegarían muy lejos.


Faith no se paró a pensar en lo que hacía, simplemente, despertó del letargo que le produjo verlos heridos y actuó. Aunque ella tampoco habría esperado actuar así en una situación semejante. Corrió hasta la tienda más cercana, que aunque estaba cayendo la noche, aun estaba abierta. Compro todo lo que se le ocurrió y permitió el dinero que llevaba encima. Agua, alcohol, algodones, vendas…todo lo que pudo. Sacó el móvil para llamar a una ambulancia o a la policía, pero algo le dijo que se contuviera. De esa forma, evitó justo lo que Sam empezó a temer cuando la chica desapareció de su vista. Volvió corriendo a dónde los había dejado y se encontró todo tal cual lo había dejado. Le dio las cosas a Sam y recogió a su perrito que ya estaba profundamente dormido. Lo quería cerca de ella.

- ¿Por qué nos ayudas?- preguntó Sam en un tono entrecortado y algo confuso.

- Siempre he creído que la frase “ojo por ojo” necesita un nuevo significado- dijo Faith, como si lo explicase todo, mientras le sacaba la bolsa de las manos y se disponía a usar todo lo que había comprado- He estado a punto de llamar a una ambulancia, pero no sabía…creo que él necesitaría ir a un hospital- dijo finalmente evitando la mirada de su “paciente” mientras, sin preguntar, apartaba la ropa de su pantalón para observar la herida.

- En cuanto pueda levantarme lo llevaré al hospital- dijo Sam para no dar más pie al tema aunque no pensara hacerlo.

- Iré contigo- contestó ella mientras destapaba el alcohol y empapaba un poco de algodón en él. Vio como Sam abría la boca para protestar pero ella se adelantó.- No era una petición ni una sugerencia- dijo con todo autoritario- Puede que escueza- dijo totalmente seria justo antes de limpiar la herida de la pierna del chico. El contacto con el alcohol hizo que Sam quisiese gritar de nuevo pero se contuvo.

Tras algunos momentos de sufrimiento más, el chico consiguió ponerse de pie con la ayuda de Faith y entre los dos consiguieron llevar a Tyler y al perro hasta el hospital más cercano. No hablaron mucho en el trayecto, pero a cada gesto de ella, él estaba más convencido de que hacía honor a su nombre y de que era una chica muy….rara. Mientras, ella se sorprendía a sí misma por toda la seriedad y coraje que parecía estar demostrando. Empezó a convencerse de nuevo de que todo pasa por algún motivo, pero no esperaba que su cambio fuera tan rápido.


Sin embargo, eran las miradas cómplices entre los dos, lo que les hacía pensar que aquello…era algo diferente.

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